jueves, 15 de octubre de 2009

Nuestro amigo Tomás viaja a Suecia

Suecia. Linköping, Norrköping, Stockholm.


By Xai’an
1. INTRODUCCION:
Por cuestiones personales, decidí visitar uno de los países escandinavos de mayor extensión: Suecia.
Una característica que diferencia al avión de otros medios de transporte consiste en que, a diferencia de los transportes terrestres, donde puedes observar cómo varía el paisaje, en el avión entras en una especie de burbuja: entras por la puerta, te sientas, y en tres horas apareces en una ciudad, una cultura completamente diferente.
Tuve el inmenso placer de visitar las ciudades de Estocolmo y principalmente, Linköping. A pesar de llegar al aeropuerto de Arlanda, a 60 kilómetros al norte de Estocolmo, apenas pasé por esta ciudad, sin profundizar apenas en sus calles, por el momento.
Mi alojamiento se encontraba en la ciudad de Linköping. De camino a ella, en la parte superior de un tren de dos plantas con conexión a internet, se puede adivinar la tónica general de toda la región. Amplias zonas boscosas, proliferación de lagos y estanques naturales por toda la zona, y poblaciones pequeñas con casas de pocas alturas, fachadas de madera, como las que dibujaba cuando era niño.
El clima en otoño no supera los quince grados de máxima. De todas maneras, aunque pueda parecer lo contrario, el clima no es tan frío. Lo más molesto es el viento, que desciende la sensación térmica varios grados. Para ello lo mejor es llevar prendas que no dejen entrar el viento.
2. LINKÖPING
Ésta es una de las ciudades más grandes de toda Suecia. Capital de la región de Östergötland, posee unos 150 millares de habitantes, por lo que el lector puede imaginar la baja densidad de población del país.
El centro de la ciudad consiste en bloques de pisos de cuatro o cinco alturas como máximo, construidas en ladrillo con amplias ventanas. De cuando en cuando, las estrechas calles dejan paso a unas zonas amplias, las plazas de la ciudad. Generalmente, estas plazas son atravesadas por una calle de circulación de automóviles, y el resto de accesos son completamente peatonales.
Mención aparte merece la zona universitaria. Es una de las más importantes y modernas, con un campus universitario realmente amplio, rodeado de zonas boscosas, en un ambiente único.
Otra característica importante de la ciudad, es su orografía. La ciudad y sus alrededores se extienden por terreno completamente plano, por lo que los desplazamientos, sobre todo de la gente joven, se hacen en bicicleta. La mayor parte de la juventud, y algunos adultos también, viajan en bicicleta a todos lados. No es nada raro encontrar, en las principales plazas de la ciudad, tres o cuatro filas de veinte o más bicicletas aparcadas ordenadamente.
La tranquilidad y la paz que rodea a la ciudad, tanto a la zona universitaria como a la zona centro, solamente se ve interrumpida por unos truenos de unos diez segundos de duración. El aeropuerto se encuentra situado a unos cinco minutos del centro de la ciudad. Por fortuna para el descanso y la paz de los paisanos, este aeropuerto solamente funciona durante el día, dejando las horas de descanso libres del atronador sonido. La frecuencia de paso de los vuelos es escasa, pues pocas son las compañías que operan hasta este aeropuerto. Su principal uso se limita a vuelos privados y a las pruebas que realiza la fábrica de aviones Saab. En sus inicios, Saab era, y continúa siendo, uno de los más importantes fabricantes de aviones del mundo. Y poco después, inició la fabricación de automóviles, tal vez su aplicación más conocida actualmente. De hecho, en Linköping se encuentran ambas fábricas separadas por unos centenares de metros de distancia.
El estruendo de los aviones es completamente ocasional, siendo la ciudad en general muy tranquila, ideal para pasear en bicicleta, caminar, descansar y olvidarse del estrés habitual.
Al ser mi primer contacto real con la población sueca, me han sorprendido varias cosas. La primera de todas es la tranquilidad y el respeto con el que los conductores respetan tanto a peatones como a ciclistas. Las bocinas las emplean para avisar de peligro, no como una llamada de atención con gran parte de contenido ofensivo.
Otra cuestión que me ha sorprendido mucho, es la televisión. Ninguna película o serie televisiva se dobla del inglés, castellano, o lo que sea, al sueco. Absolutamente todo se subtitula. Tal vez por ello resulta mucho más sencillo el aprendizaje de idiomas en estos países. Incluso estoy aprendiendo algo de sueco leyendo los subtítulos de los filmes americanos.
Después de un merecido descanso en estos bosques, combinaciones de forma natural entre tonalidades verdes, amarillas y rojizas generadas por el otoño, decidí hacer la visita más típica para todo turista. La capital del estado.
3. ESTOCOLMO
Estocolmo se compone de un conjunto de islas que agrupadas forman la capital de este reino escandinavo.
El centro antiguo abarca por completo una pequeña isla, puerto en la antigüedad y en la actualidad, donde se levantan, de forma ordenada, edificios de unas cinco alturas, relativamente elevadas del suelo para evitar inundaciones. Al contrario que el centro de muchas ciudades españolas, me sorprende la amplitud de las vías de paso. Las vías transversales resultan en algunos casos, estrechas, y en otros casos, amplias en comparación con lo que se puede encontrar uno en España.
Además del muy recomendable paseo por el puerto antiguo, el palacio real y el Stadhuset son visitas imprescindibles. Son construcciones monumentales de enormes dimensiones, ejemplo del lujo cuando la monarquía se encontraba en su apogeo.
Con el aumento de la población, la ciudad tendió a extenderse hacia las islas vecinas, convirtiéndose en la mayor urbe de toda Suecia. Los barrios del extrarradio se asemejan más a los barrios modernos de otras urbes europeas, si bien las alturas construidas no suelen superar las seis, a excepciones puntuales de edificios contemporáneos, acordes a la moda actual de levantar una construcción de estética moderna rodeada de edificios de corte rústico.
Una bella foto se puede obtener en la estación de ferrocarriles de Estocolmo. Su interior diáfano, de esqueleto de acero, proporciona un punto de fuga lejano en el horizonte. Las instantáneas, tanto interiores como exteriores, pueden ser maravillosas. Otra instantánea preciosa se puede obtener desde los márgenes del fiordo que rodea a la ciudad, de costa a costa.
El estilo arquitectónico civil es similar al descrito anteriormente, si bien es mucho más monumental, como se debe esperar de una capital. Es un destino adecuado para un paseo romántico, tanto en barco, en bus, o a pie (siempre que no sea en invierno); un paseo precioso y muy diferente a lo existente en España.

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