jueves, 6 de agosto de 2009

Ireland sets me free

Once upon a time...Os contaré cómo empezó todo:Esta historia es una historia tardía que me hizo aventurarme en un descubrimiento de lo desconocido.Llegué al aeropuerto de Dublín donde me esperaba el chófer de mi hotel (Academy Hotel), el cual sostenía con sendas manos un cartel. En éste aparecía mi nombre precedido por el tratamiento de Mr.El chófer recogió mi equipaje y me acompañó a la salida del aeropuerto, donde nos esperaba el Mercedes del hotel.En el trayecto pude intercambiar impresiones sobre el modo de conducir y la seguridad en la ciudad, temas clave para cualquier persona nueva en una ciudad.Finalmente en el hotel, recibí la visita de El oso Polar, que me guió a través de la noche en Dublín. El Oso Polar es una especie de duende verde, consumidor de Guinness y Sidra Bulmer's o Magner's.
El Oso Polar me indicó que lo importante cuando se viaja solo es no parecer un turista, cargado con mapas, mochilas y demás impedimentos que llamen la atención a posibles amigos de lo ajeno. Es, en definitiva, ser viajero, y no ser turista; confundirse con la gente y absorver su f0lklore, sus leyendas, sus tradiciones, la música, acento...
Lo mejor para informarse sobre qué hacer en Dublín y su entorno es dirigirse a la Oficina de turismo en pleno centro de la ciudad, a pocos metros de Temple Bar.
Irlanda es también un lugar de estudio y perfeccionamiento del idioma en el que se puede hacer turismo y preparar unas oposiciones de manera encubierta. No pueden faltar las especialidades culinarias del lugar y, en concreto, sus bebidas y costumbres, lo cual confieren al entorno una originalidad digna de ser tenida en cuenta.
Dentro de las opciones que se ofrecen se puede asistir a uno de los cursos impartidos en las incontables academias, aunque lo mejor para aprovechar al máximo la estancia es ignorar a los hispanohablantes, los cuales tienden a apiñarse presos del pánico a enfrentarse al idioma.
La academia nos ofrecerá alojamiento en una casa familiar, lo cual resulta óptimo, si tenemos suerte, ya que un poco de vida familiar siempre fortalece los lazos que unen a las personas. Por lo general, el irlandés es hospitalario y dirá a cualquiera que entre en su casa "My home is your home" y te invitará a volver a visitarlo como amigo hospedado en su casa.Así fue como ocurrió que resulté caer en gracia y en verano de 2006 volví para conocer más sobre la Isla Esmeralda. Conservo esos amigos que me ofrecen su casa cada vez que voy a Dublín.Celebré allí cuando obtuve mi plaza como profesor, ellos me ayudaron e Irlanda fue la que me inspiró.
Con el paso del tiempo, volví invitado por ellos; cogí un autobús y atravesé el país hasta la costa occidental de Irlanda, desde donde cuentan que Cristóbal Colón en sus viajes de comerciante divisó los primeros vestigios de una civilización más allá del horizonte. Debido a la presencia del comercio español en la zona, queda un lugar llamado Spanish Arch en la ciudad portuaria de Galgway, desde la que se puede partir con un ferry rumbo a las Aran Islands.
Hay dos días en el año en el que los Pub están cerrados y se supone que no se puede beber. En esos días, Viernes santo (Good Friday) y Navidad, las fiestas se desarrollan en las casas y se da rienda suelta a cualquier exceso típico de cualquier celebración.
Otro dato curioso es la decoración de las puertas de las casas. Si observamos durante un paseo por la ciudad de Dublín, veremos que cada puerta tiene un color. Extrañados o maravillados nos preguntaremos el porqué de este hábito. Cuenta la leyenda callejera de un hombre que llegó borracho a una casa, que no era la suya; abrió una puerta, que no era la suya; se metió en una cama, que no era la suya; e hizo el amor con una mujer que no era la suya. Para evitar tales agravios, se procedió a pintar las puertas de distinto color, fácilmente reconocible independientemente del número de pintas que se hayan tomado.
Se recomienda probar el salmón en cualquiera de sus especialidades, así como los cockles and mussels, que dice la balada de Molly Malone. La cerveza negra Guinness es también típica y utilizada como condimento en el Irish Stew. Es también recomendable probar el hot whisky, elaborado con whisky irlandés, y, como no, café irlandés.

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